En
el tiempo de la conquista, la zona de Santa Ana fue ocupada por las tribus
chortis y pokomames, ambos de la familia maya–quiché.
Las
poblaciones chortis estaban en el área de Metapán, y los pokomames en las áreas
de Chalchuapa, Sihuatehuacán, Coatepeque y Texistepeque; sin embargo, todas
estas tierras fueron sometidas por los pipiles.
El 26 de julio de 1569, el
obispo de Guatemala, Bernardino de Villalpando, construyó en la población una
ermita en honor de Nuestra Señora de Santa Ana y le cambió el nombre nahuat de
Sihuatehuacán (Ciudad de sacerdotisas) por el de Santa Ana la Grande.
Cuando
el departamento de San Salvador se unió a la zona occidental en 1786, los
pueblos comprendidos en las cercanías de Metapán y Santa Ana fueron agrupados
en los partidos de los mismos municipios.
El
Decreto de Estado del 22 de mayo de 1835 convirtió a la villa de Santa Ana en
cabecera de Sonsonate, pero debido a la extensión se presentaron problemas para
gobernarlo, entonces se optó por separar a Santa Ana del resto del territorio.
En
1855 se fundó Santa Ana como departamento, dándole a la cabecera el mismo
nombre.
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