La
tamalera
Cuentan
vecinos de la laguna de Cuzcachapa, en Chalchuapa, que en este lugar aparecía
la tamalera, que tenía una cueva en la laguna y salía a las doce de la noche a
vender tamales.
Ella
en un tono agudo decía: ¡Tamales de pescado! Siempre tenía un sitio específico
de donde salía: del lado de la cueva.
Sin
embargo, cuentan los lugareños que desde que construyeron una zanja que da a la
calle deshicieron la cueva... ¡y ya no aparece más la tamalera!
Don
Chevo y las monturas
Dicen
que una vez venía don Chevo de El Porvenir en una yegua en una albarda (pequeña
montura). De pronto se le acercó un chucho con rabia y él no tuvo más que
levantar los pies, pero el chucho le mordió el estribo.
Cuando
llegó a la casa desensilló a la yegua y al tirar la albarda donde estaban las
demás monturas, las agarró a mordidas con mucha rabia. Probablemente hasta
estos días don Chevo siga con rabia.
Cerro
tecana
Algunas
de las historias de nuestros abuelos dicen que cerca del Cerro Tecana vivían
una princesa y un príncipe. En cierta ocasión unos indios atacaron a dichos
monarcas, por lo que la princesa enfermó y murió.
Desde
entonces el príncipe iba todos los días al cerro Tecana y llevaba a la
princesa, que estaba enterrada en el lugar, un poco de tierra, y de tantos que
el príncipe llevó se formó un pequeño cerro, que años después se convirtió en
el actual Cerro Tecana, que se observa desde varios puntos de la ciudad.
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