sábado, 27 de octubre de 2012

Leyendas de Santa Ana


La tamalera

Cuentan vecinos de la laguna de Cuzcachapa, en Chalchuapa, que en este lugar aparecía la tamalera, que tenía una cueva en la laguna y salía a las doce de la noche a vender tamales.
Ella en un tono agudo decía: ¡Tamales de pescado! Siempre tenía un sitio específico de donde salía: del lado de la cueva.

Sin embargo, cuentan los lugareños que desde que construyeron una zanja que da a la calle deshicieron la cueva... ¡y ya no aparece más la tamalera!


Don Chevo y las monturas

Dicen que una vez venía don Chevo de El Porvenir en una yegua en una albarda (pequeña montura). De pronto se le acercó un chucho con rabia y él no tuvo más que levantar los pies, pero el chucho le mordió el estribo.

Cuando llegó a la casa desensilló a la yegua y al tirar la albarda donde estaban las demás monturas, las agarró a mordidas con mucha rabia. Probablemente hasta estos días don Chevo siga con rabia.


Cerro tecana

Algunas de las historias de nuestros abuelos dicen que cerca del Cerro Tecana vivían una princesa y un príncipe. En cierta ocasión unos indios atacaron a dichos monarcas, por lo que la princesa enfermó y murió.

Desde entonces el príncipe iba todos los días al cerro Tecana y llevaba a la princesa, que estaba enterrada en el lugar, un poco de tierra, y de tantos que el príncipe llevó se formó un pequeño cerro, que años después se convirtió en el actual Cerro Tecana, que se observa desde varios puntos de la ciudad.



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